EL JOVEN Y LOS VALORES

Recuperemos las buenas convivencias
Nuestra juventud tiene unos antivalores preocupantes, pero posee también unas cualidades envidiables que antes no se daban a su edad. Todos vemos que el problema es serio porque han cambiado radicalmente la mentalidad y el modo de ser de los jóvenes. ¿En bien? ¿En mal?... El tiempo tendrá la palabra. La realidad nuestra es que nos enfrentamos a un hecho desconcertante, que tiene angustiadas a muchas familias, las cuales se preguntan continuamente: ¿Qué hacemos? ¿Condescender? ¿Prohibir? ¿Ponernos fuertes? ¿Dejar pasar? ¿Rendirnos?. Como siempre, miramos las cosas con serenidad y con fundado optimismo. Nuestra juventud tiene unos antivalores preocupantes, pero posee también unas cualidades envidiables que antes no se daban a su edad. Y la actitud nuestra será, junto con una prudencia obligada, dar a los muchachos y muchachas la confianza que merecen, con tal que esté sostenida en ellos por un gran sentido de responsabilidad.

LOS GRANDES VALORES DE LOS JÓVENES
Los grandes valores que hoy posee nuestra juventud los podríamos reducir a tres principales:

1. La autenticidad y la sinceridad
Quieren demostrar, y de hecho demuestran lo que son, sin unas fórmulas sociales convenidas que ellos consideran hipocresía.

2. La libertad
Los jóvenes quieren, reclaman y viven la libertad, sin ataduras que ellos tienen por injustas; pero al mismo tiempo ofrecen también esa responsabilidad que ellos creen necesaria.

3. Inconformidad
Que demuestran ante un mundo que no les gusta. Ciertas formas sociales las consideran vacías y hasta hipócritas.

La política es para ellos un juego no limpio y de aprovechados. Aspiran a una mayor solidaridad con las clases y los países menos favorecidos, sin desigualdades que los irritan. Las mismas prácticas religiosas las quieren con sentido más profundo y sin tantos formulismos. Y en su fe, los jóvenes están dando muestras de una piedad envidiable. Cuando se enamoran de Jesucristo -y son muchos los que lo aman de verdad-, abrazan con generosidad todas las exigencias cristianas.
Todo esto son valores muy positivos y muy dignos de tenerse en cuenta cuando vienen las quejas contra la manera de ser de nuestros jóvenes.

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